domingo, 16 de junio de 2013

LASAÑA DE CARNE Y GAMBAS




Este es mi plato estrella, no es que sea la mejor lasaña del mundo (bueno, según mi sobrina sí); pero es uno de los primeros platos que aprendí a hacer, mucho antes de pasarme horas y horas por blogs de cocina, antes de comprarme mi primera revista de recetas incluso antes de que supiese que me gustaba cocinar. Quizás  por eso a mi sobrina Alba  le gusta tanto, porque se la llevo haciendo desde pequeñita.
 Yo desde siempre la hago así, sin bechamel, porque cuando comencé a hacerla creía que no me gustaba la bechamel, ( suena raro sí... jaja) no sé si la que había probado no me gustaba o es que simplemente mi cabeza decidió que no me gustaba , el caso es que me gusta y cuando hago canelones se la echo, pero la lasaña me gusta así.
Bueno, vamos al lío...


Ingredientes:






Preparación:

Primero ponemos las placas a remojo en agua caliente. Las que yo uso no les hace falta cocción, mirad las instrucciones de las vuestras porque las hay: de cocción, remojo y de uso directo.



Picamos la cebolla y el pimiento bien finito, lo pochamos en una sartén a fuego suave. Mientras ponemos la carne picada en un bol y le echamos sal, ajo molido y perejil picado y mezclamos bien. Cuando las verduras estén blanditas añadimos la carne y dejamos cocinar a fuego suave, removiendo con una pala de madera y la vamos desmenuzando bien.


Cuando la carne esté casi lista, le echamos un chorrito de vino blanco (se me olvidó ponerlo en los ingredientes) y una cucharadita de especies surtidas.
Añadimos las gambas y dejamos que se cocine unos 5 minutos más.



Después añadimos la salsa de tomate y terminamos de mezclarlo todo. Reservamos.



Escurrimos bien las placas y las estiramos encima de una encimera bien limpia.
Cogemos el molde o fuente donde vayamos a hacer nuestra lasaña, y pintamos el fondo con salsa de tomate.
 
Cubrimos una capa con las placas y otra con carne, otra capa con las placas, otra con carne y finalmente otra capa de placas.
 
 
Pintamos de con salsa de tomate y espolvoreamos el queso rayado.
 
 
Metemos en el horno en función gratinar a máxima potencia unos 5 - 8 minutos aproximadamente; hasta que vemos que el queso queda fundido y ligeramente dorado.
Servimos bien calentita y no nos olvidemos del pan, porque lo vamos a necesitar para mojar la salsita; y mmmmm .... a saborearla.!!
 
 
 
Espero que os guste, no olvidéis dejarme un comentario ; os deseo que paséis una feliz tarde de domingo.


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