Hoy os traigo el postre que degustamos este domingo, un delicioso pastel de yogur con fresas. Hace unos días estrené una sección en el blog (
rincón sano), donde tengo recopiladas todas las recetas más ligeras del blog, por si estáis haciendo dieta o simplemente os gusta cuidaros, pero la parte dulce la tengo aún muy vacía, así que aquí os traigo un postre ligh. Si, ya se lo que estáis pensando, que no tiene mucha pinta de ligh. Pero os prometo que si, está hecho con ingredientes desnatados y he cambiado el azúcar por fructosa, y la mermelada es casera. Y aunque cuando hablamos de light, bajo en grasas, con menos calorías o ligero, pensemos "que soso", pues os puedo decir que PARA NADA... Este pastel estaba BUENÍSIMO. Y si no me creéis probad a hacerlo y luego contarme.
Esta receta la vi en el canal de youtube de
Las recetas de Laura, aunque yo le hice algunos cambios.
Ingredientes:
(Para un molde alargado de 30 x 11cm)
NOTAS:
- Si vais a usar azúcar en vez de fructosa, entonces usad el doble.
- Podéis usar gelatina neutra en polvo, 2 sobres.
Preparación:
En un bol ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría. Mientras en otro bol echamos los yogures, el queso fresco y la esencia de vainilla y mezclamos bien con unas varillas.
Ponemos el vaso de leche en un cazo al fuego. Escurrimos bien la gelatina, apretando con las manos y añadimos al cazo una vez la leche está caliente. Revolvemos bien con las varillas hasta disolverla por completo. Añadimos la mitad de la mezcla del yogur al cazo (no hace falta echarla toda) y seguimos removiendo con las varillas para integrarlo todo bien.
Vertemos el la mezcla del cazo junto con el resto de yogur que teníamos en el bol, añadimos cuatro cucharadas de fructosa y revolvemos bien.
Engrasamos un molde con una gotita de aceite (de girasol) y extendemos bien con la ayuda de un papel absorvente de cocina para que no quede demasiado aceite. Vertemos la mezcla sobre él. Escogemos las fresas que vamos a poner dentro del pastel (debéis guardar 2 o 3 pequeñas para la decoración y unas 4 o 5 medianas para la mermelada) las lavamos y les sacamos el tallo. Las disponemos dentro del pastel y con una paleta o cuchara las hundimos.
Metemos el molde en la nevera, mejor de una día para otro, o como mínimo unas 4 o 5 horas.
Ahora haremos la mermelada: lavamos y cortamos las fresas (recordad guardar 2 o 3 para la decoración), las echamos en un cazo, junto con el zumo de medio limón, tres cucharadas de agua, y una cucharada de fructosa. Cocinamos a fuego bajo unos 30 minutos apróximadamente, revolviendo de vez en cuando, comprobad el punto de dulzor, por si queréis añadirle más fructosa. Al principio de la cocción está muy líquido y poco a poco irá espesando, cuando llegue al punto que prefiráis retirad del fuego . Yo lo dejé media hora y tenía la textura como la mermelada del super.
Dejamos enfriar complétamente, la metemos en un taper y la guardamos en la nevera hasta el momento de decorar el pastel (cuando este cuajado).
Para desmoldar el pastel, pasar el cuchillo por los bordes del molde con cuidado, y verter sobre una fuente (como si estuvieseis dándole la vuelta a una tortilla).
Extendemos una capa de mermelada casera y adornamos con las fresas reservadas.
Si no tenéis un molde rectangular de estas medidas o si queréis usar uno desmoldable, Usad uno de que tenga , 1,5 litros de capacidad, ya sea redondo o cuadrado. Si tiene un poco más (unos 2l), también sirve, simplemente os va a quedar el pastel más bajito.
¡UN BOCADO DIVINO!